viernes, 31 de mayo de 2013

La peor de mis derrotas



Aquel día que caminamos por el Sahara,

lamimos el borde del abismo

y la aorta nos escupió un alquitrán

que nos supo a playa.

Aquel día en el que los museos

hicieron honor a su nombre,

llevabas el pelo recogido y un vestido

que me ofrecía tu cuello.

Él me supo a Mediterráneo

cuando acerqué los labios,

pero no susurró nada de choques de trenes,

ni de carreteras cortadas.

Mientras me abría camino

por los avatares de tu pelvis,

no fui capaz de evitar el volverme a despeñar

por la última madrugada de mayo.

Ahora tengo arrugada la camisa,

el corazón y la barba descuidados,

los pantalones manchados de un barro

que saca a relucir la peor de mis derrotas.

Aquel día que me partiste el labio,

aprendí que forzar cerraduras

teniendo la llave en los bolsillos

es ser un más que pésimo ladrón.

Quizá mi mayor delito fue intentar hacernos

a imagen y semejanza de Godard o de Cortázar,

juguetear con el peligro de que mis lunares 

dejasen de encajar en los tuyos.

martes, 28 de mayo de 2013

El apátrida



Dame otro motivo para irme, 

empújame que yo caeré rodando, 

aprieta otra vez el gatillo, 

quizá esta vez sí se dispare una bala. 

Empápame en gasolina, 

corta mis tendones 

para que me derrumbe 

entre las llamas. 

Mete mi corazón a remojo en lejía, 

oblígame a cruzar la línea, 

vende mi alma a bajo precio. 

Expatríame, haz jirones mis banderas,

viernes, 24 de mayo de 2013

Sobre el pecho


Lo único que se necesita para hacer
una película es una chica y una pistola.
Jean-Luc Godard



Nadie pide silencio a mi espalda,

no me mira la mujer con sombrero negro

mientras duermo.

Las luces de los coches pasan,

por última vez, a través

de esta ventana,

y por mucho que por ella me asome

no logro ya ver tus cortinas rojas.

Escucho coches que derrapan 

dementes por mis sienes,

me monto en autobuses

que no saben llegar a la siguiente parada.

El póster que me regalaste

espera apoyado en la pared

a que vuelva un tiempo que no vuelve,

a que pase un tiempo que no pasa.

Duermo en el último rincón

que no han abordado los relojes,

en el limbo que custodian

las botellas que no bebo contigo.

Aquí, las paredes se quedan huérfanas,

en blanco sucio,

como poemas mil veces borrados.

Apilados en cajas de cartón,

los González, los d’Ors, los Montero 

hacen voto de silencio

por las batallas perdidas.

Y a mí se me rebelan las derrotas,

los trescientos sesenta disparos

que me colocas cuidadosamente

sobre el pecho.

miércoles, 15 de mayo de 2013

El último autobús



Eran casi las y diez media 

y pasaba el último autobús. 

Vamos a casa –te dije. 

A casa: qué raro.

lunes, 13 de mayo de 2013

Artesano incauto




Me sacudían las tormentas por sus ojos 

y se le desbordaba el Mediterráneo 

en las pupilas, 

le crecían madres selvas por las zonas 

montañosas que construían su iris. 

Yo, artesano incauto, 

la quería domeñar poniendo presas, 

trazando carreteras, 

rezando a dioses, 

calculando distancias, 

haciendo esbozos de catedrales. 

Quería cambiar el curso de sus cauces, 

tallar sus valles para levantar 

centros comerciales. 

Tenía hojas de ruta, 

coordenadas, sistemas decimales, 

navíos capaces de sortear 

todos sus glaciares. 

Tenía las fórmulas, la alquimia, 

pero me faltaba el beneplácito de sus entrañas, 

de las garras de sus animales. 

Lo que parecía bajo el control 

de los números naturales 

sucumbía a los terremotos, 

a la incisión de sus volcanes. 



Y es que, según parece, 

no se pueden aprehender las bellezas 

con lógicas formales, 

ni hacer mapas de sus paraísos.

jueves, 9 de mayo de 2013

Cuando crean conveniente



Cuando termine este poema 

te habrás ido. 

Porque sólo estás cuando te escribo, 

cuando te pongo aquí, entre estos versos. 

Sólo aquí te me apareces 

y aquí es donde te hago y te rehago 

sólo con cambiar de lugar estas palabras. 

Aquí te pongo los zapatitos de charol 

o te quito el vestido, 

aquí te recojo el pelo, te pinto los ojos 

o incluso te pongo aquel pequeño 

pendiente de plata que perdiste. 

Aquí, en este extraño espacio 

donde se sitúa la poesía, 

fluyes de mis manos, 

y son mis manos las que te decoran 

los labios con carmín 

o te desabrochan el primer botón 

de la camisa. 

Son ellas las que deciden 

que salgas de mis poemas, 

que vuelvas al espacio de los vivos, 

sólo con colocar, cuando crean conveniente, 

un punto final.

viernes, 3 de mayo de 2013

Corresponsal de guerra



Yo antes escribía poemas.

Pasado el tiempo,

sólo escribo derrotas.

miércoles, 1 de mayo de 2013

De olvido



Me importa poco si Dalí me ama o no. 
Personalmente yo no amo a nadie.
Gala Éluard Dalí 



Ten cuidado: 

míralas de lejos 

y amárrate bien fuerte al mástil. 

No dejes que te embelesen 

sus palabras, 

no te cruces con sus ojos 

si no quieres convertirte en piedra. 

No intentes seducirlas, 

no las cubras de regalos, ni de versos, 

ya que por mucho que te empeñes, 

ellas nunca serán tuyas. 

No olvides nunca estas palabras, 

porque yo una vez tuve una musa 

y me mató de olvido.