miércoles, 20 de noviembre de 2013

Nitrato de celulosa



Aprendió a amar

como se deseaban los protagonistas

de las películas francesas,

como venía escrito en los libros,

como las canciones de palabras rasgadas

quisieron que amase.

Era actor y narrador;

las paredes de su cuarto, atrezzo.

Los mares, las estaciones, las ciudades:

sólo croma.

No conocía el reparto,

ni el guión de las actrices.

Pero aún así, las deseaba

porque era consciente de lo rápido

que podía arder el celuloide.

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