lunes, 11 de febrero de 2013

De noche, todas las gatas son pardas



Después de ya pasado el tiempo, 

he visto una imagen: 

una espalda, unos hombros 

encajados en una camisa blanca, 

un pelo que se extiende 

más allá del cuello. 

Te me has aparecido 

en un cruce de fotografías 

y recuerdos. 

En mitad de la multitud 

de aquel bar que tanto conoces, 

has aparecido. 

Y te has esfumado 

cuando ha empezado a girar 

tu cuerpo, 

cuando me has dejado ver 

que esa no es tu cara. 

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