domingo, 27 de enero de 2013

Goteras



Ahora que no tenemos ni apodos, 

ni gentilicios, ni gestos, ni adjetivos, 

ni desconcierto, ni citas concertadas, 

ni palabras que sacan de quicio. 

Ahora que no hay ni modo subjuntivo, 

ni medias sonrisas, ni carreras 

por las medias tintas de un poema, 

ni abecedarios, ni gatas fieras. 

Ahora que una virtud es un problema, 

un posesivo una quimera, 

un bar un santuario 

donde todas son cualquiera. 

Ahora que se burla el calendario 

de las líneas de la carretera,

que confundo el esparto con la seda, 

que mi corazón huele a gasolinera. 



Dime, ahora que tenemos el destino con goteras, 

dime, ahora qué nos queda.

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