domingo, 22 de julio de 2012

Caleidoscopio



Tuve una rubia, una morena, 

un reloj vacío de arena 

en medio de un desierto, 

una gota de vapor de agua 

mojada de rabia contenida 

en frascos menguantes. 

Juegos de manos, 

dados de trilero rodando 

por sábanas de vino, 

un tinto descuido 

que se me colgó del cuello, 

una noche de gatas. 

Cajas llenas de Mediterráneo 

guardadas en mi mesilla, 

una aspirina caducada 

que se curaba del olvido, 

un sable, un recuerdo, un cuchillo, 

un cheque a nombre de Cupido. 

Tuve la miel en los labios, 

una cena de perfectos idiotas, 

un consejo de tontos 

inexpertos en la nada, 

tu cabeza, Medusa, 

en la entrada rota de un espejo.

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