domingo, 30 de enero de 2011

Otro yo



Sólo eres una chica de provincias 

con la que podría ir de la mano, 

paseando las aceras. 

Serías mi juventud endemoniada 

de ojos claros e inocentes, 

si supiese algo menos de latín. 

O quizás, el sueño de una noche de verano 

atropellado por todas las estaciones, 

si no cogiese ningún autobús de las siete. 

Serías un reloj de bolsillo, sencillo 

y hermoso, que no marca los horarios 

y no rompe con mi destino. 

Una apuesta para no correr riesgos, 

la herencia de un héroe caído 

sin himnos para el recuerdo. 

Ojalá supiese amarte y olvidar 

la poesía como olvido las raíces. 

Ojalá fuese otro yo, 

el que ahora, a las tantas de la noche, 

no está escribiendo esto.

miércoles, 26 de enero de 2011

Receta para obsesionarse.


“Ella siempre será lo que yo diga,
me amará como nadie ha amado nunca
y siempre que yo quiera la encontraré esperándome,
feliz, en esta página”
(Miguel d’Ors)




Escoja un cuerpo bello 

que admire en el andén del metro 

o en la cola del supermercado. 

Hágala presumida, 

si la quiere rubia pues rubia, 

si la quiere morena, tíñala. 



Llene su cabeza de ideas alocadas 

y sus cajones de lencería, 

introduzca algo de pasión y poesía, 

también algunas partituras. 

Si la quiere con salero, 

échele un poco de azúcar. 



Póngale una bufanda en invierno 

para que sea su parís en minúsculas, 

en verano haga que arda su mirada, 

que eclipse el sol de cualquier playa. 

Si se la lleva a dormir a casa, 

déjele su mejor camisa. 



Si no es de su gusto o está muy dulce, 

agregue unas gotas de drama 

y algo de insulto inteligente. 

Ahora obsesiónese 

y si por alguna razón desaparece, 

vuelva a leer este poema.

sábado, 22 de enero de 2011

Aura misteriosa



Más allá del signo rebuscado de un poema, 

o del seseo de unos versos serpentinos 

arrastrados por los labios y los folios, 

es la búsqueda de tilos y gaviotas 

de invierno lo que hará despertar 

la efímera flor del almendro. 



Ni palabras, ni sonatas en mi menor 

escalan por tu yugular 

sin dormirse con los olores 

del febrero en tu edén secreto, 

tras la tundra caducifolia 

que envuelve tu aura misteriosa.

jueves, 20 de enero de 2011

Vida.


De Miguel d’Ors,

mis González Calabria

y las ganas de ser yo

en otros lugares,

el calor del calendario,

los ojos fríos de la vida.



De Gil de Biedma,

mi pandémica y celeste

con cuatrocientos cuerpos

arrugados en el tiempo,

como único argumento

del teatro de la vida.



De Leopoldo María Panero,

unas gotas de semen

practicando necrofilia

en el dictado

de un diario seductor,

con todo el barro de la vida.



De García Montero,

-aunque tú no lo sepas-

el recuerdo de una tarde de verano,

la palabra alevosía

y en el lugar del crimen:

o los labios o la vida.



De todos ellos,

el amor por la poesía,

de ti, también de aquellos,

el impúdico amor

por las palabras

y el deseo de la vida.

lunes, 17 de enero de 2011

Amantes de matar el tiempo.



A Pablo.


Soy primera persona, singular 

del pretérito imperfecto 

del deseo en el río de la vida, 

la herencia en el testamento 

de tus libros de poesía, 

de tu mar muerto. 



Tú, segunda singular persona, 

juegas a quererte por el día 

y me lustras las miserias por la noche. 

Eres un saxofón que está en lo cierto 

vestido alegremente de mentira, 

un barril de cerveza en el desierto. 



Impotente, imperativo categórico 

bajo el sol de Andalucía 

disfrazado de Neruda en el intento 

de maldecir el malditismo de Panero, 

acepto, valiente, tu osadía 

de engañarnos como amantes de matar el tiempo.

martes, 11 de enero de 2011

Mañana

Amo el campus

universitario,

sin cabras,

con muchachas

que pax
pacem

en latín,

que meriendan
pas pasa pan

con chocolate

en griego,

que saben lenguas vivas

y se dejan besar
en el crepúsculo
(también en las rodillas).

(Angel González)


Dicen que mañana lloverá, 

y dicen del viento 

-aunque él no sepa nada- 

que jugará con tu falda 

en la universidad 

mañana. 



Mis pupilas, dichosas, 

dibujarán en el café esa imagen, 

u otra imagen de otro viento 

en otra falda parecida a la tuya, 

en la estación, el cigarrillo, 

la biblioteca o el horario. 



Será día de bufandas y abrigos 

mañana, los amantes no sabrán 

dónde esconderse, 

ni nosotros dónde guardar 

la mirada cuando nos crucemos 

por los pasillos de la facultad. 



Veremos a Enero jugando 

con las horas y los días 

a la ruleta rusa, por un poco 

de pas pasa pan, en kalós 

de un Carpe Diem 

que agotó nuestro tiempo.

jueves, 6 de enero de 2011

El beneficio de la duda



Cuántas noches 

habré notado el beneficio de la duda 

en mis espaldas, 

como la pequeña sonrisa 

de un gato 

después de un crimen. 



La ausencia, amor, 

es solamente una caja de paracetamol 

vacía, 

una caminata 

en el País de las Maravillas 

por un cuento infantil. 



La saliva 

es la epidemia 

de unas bocas que retozan 

de la mano de otras bocas, 

la joyas heredadas 

de un imperio maldito.

lunes, 3 de enero de 2011

Cómplice confeso.

Date por muerta
amor,
es un atraco.
Tus labios o la vida.
(Luis García Montero)




Un cuchillo susurra en mi mejilla: 

"dame ahora o tus labios o la vida". 

Chilla mi adrenalina en estampida 

desolando los campos de Castilla. 



Y mi lengua le pone zancadilla 

a las uñas al galope en la huida. 

Brilla su arañazo y bebe la herida 

cuando se apaga la última colilla. 



Soy cómplice confeso en la sonrisa, 

culpable de inventarme tras el cuello 

la yugular, también de toda huella. 



Alego alevosía en mi camisa, 

también la cicatriz, la marca y el sello 

del carmín, tu mirada que atropella.