Me sumerjo, como en las aguas cálidas
de un buen sueño, a tientas en la habitación,
duermes bajo las sábanas, tranquila
como el sosiego del bosque en mitad de la noche.
Dejo caer mi cuerpo a tu lado,
paso mis dedos por la suave piel de tus caderas.
Me pregunto cuántas parejas dormirán
justo en este momento, cuántas compartirán
un pequeño colchón, igual que este.
Y pienso que quizá, ser poeta consista solamente
en ver algo de extraordinario en las miles
de pequeñas camas compartidas.
O que tal vez, el amor se nos descubra
al volver del baño a media noche,
y que la habitación donde duermes
sea lo más parecido a un sueño de aguas cálidas
en mitad de la tranquilidad de un bosque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario