viernes, 4 de noviembre de 2011

Bolero



Una cama fría es una biógrafa no autorizada 

que escribe como un correveidile 

los secretos que guardan en su yeso las paredes, 

el muro de una celda donde se van rallando días 

de botellas llenas de vacío 

y frutas amargas de finales de septiembre. 



Pero el alma de un bolero también escribe 

sobre dos cuerpos íntimos bajo la noche o bajo la lluvia, 

relata confidencias en la bañera y en los albornoces, 

se cuela en habitaciones sin pestillo y en colchones por el suelo, 

lee en la distancia con esa voz de mediados del siglo XX 

cada grito que le susurras al yeso de las paredes.

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