No sé escribir otros poemas,
no sé de otras verdades más que esta.
No tengo ni hipotecas, ni arrugas.
No tengo muertos, ni revoluciones,
ni guerras
por las que llorar,
tampoco banderas a las que encomendarme,
ni siquiera un Dios que me castigue.
He vivido veinte mayos que todavía no llueven
sobre mojado, he escrito algunas páginas
con letra difícil, en mi vida he recibido
solamente una carta.
Tengo un pequeño lunar en el labio superior
y lo que he leído cabría en cuatro estanterías.
Me gusta viajar en trenes que van al mar
y guardo los billetes como si fuesen tesoros,
prefiero echar de menos con vino.
No sé dónde se guarda la materia del recuerdo,
pero todas las canciones que he escuchado
no cabrían en cuatro estanterías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario