miércoles, 28 de septiembre de 2011

Este es mi último poema

A Ella, por todo.



Este es mi último poema 

para que no olvides ninguno de los pasos 

que dimos por unas calles que sólo 

nos miraron a nosotros, 

para que aún me sientas haciéndote el amor 

en el agua y en cada playa, 

para tus piernas aún me rodeen en tu abrazo 

y pueda sentir tu respiración contra mi pecho, 

para que todavía te sigas fumando aquel cigarro 

tumbada en el suelo, 

para que guardes en una caja de lata todos 

los versos de estas manos que tiemblan, 

las mismas que te tocaron 

cada noche antes de irnos a dormir, 

para todas las sonrisas en los bares,

todas las lágrimas 

y todos los besos contra las paredes, 

para que recuerdes los poemas que no tuve tiempo 

de leerte, 

para que degustes cada uno de mis platos 

de pasta que haré para dos, 

para todo el perdón que no te podré pedir 

por cosas que ya nunca podré hacer mal, 

para que guardes las fotos de aquel viaje 

que no haremos, 

para ti, este último poema, 

para una gata de ojos verdes que un día 

fue mía. 

sábado, 24 de septiembre de 2011

Descripción



Viernes, veintitrés de septiembre, 

otoño en el hemisferio norte, 

sudores fríos y recuerdos de mayo, 

una pizza en el horno 

y la habitación patas arriba 

como en una obra abstracta, 

la almohada en el suelo, 

el albornoz encima de la silla 

y una mesa con un plato 

y dos botellas vacías, 

el armario lleno de ropa arrugada, 

la cama -como era de esperar- deshecha, 

el balcón de par en par abierto, 

ojeras y ruido en la calle, 

las hojas cada vez más secas, 

más ojeras en mi cara, 

a veces media sonrisa, 

a veces el cojín lleno de lágrimas, 

suena un disco en el ordenador 

y mi móvil ha estado en silencio toda la tarde, 

huele a suavizante y a vino blanco, 

en mi cabeza dos palabras que no quiero escuchar 

y una distancia que ya no se mide en kilómetros.

viernes, 23 de septiembre de 2011

La gran obra



Siempre pienso en ellos, 

como si fuesen un paradigma 

de lo imposible: 

con sus copas cada sábado, 

sin padecer ese frío que se siente 

al sentarse solo frente al televisor, 

verlos dormir cada uno en un sofá la siesta, 

ver cómo él mete en el microondas 

cosas que siempre odió ella 

y saber que cada noche duermen desnudos 

aunque pasen las noches y los años, 

como si fuese siempre un primer día. 

Siempre pienso en ellos, imaginando 

cómo crearon su gran obra 

y mientras me invade 

ese llanto que pronto me hará dormir, 

tomo entre mis manos la arena 

de aquella playa donde un día hicimos el amor, 

para llenarla de risas y copas de vino, 

de una cama que huele a mar, 

de otra que huele a dióxido y a verso. 

Y aunque los trenes se retrasen 

y nos bajemos en paradas de metro equivocadas, 

cada roce en nuestras manos nos acercará a la gran obra, 

llenando nuestra piel de tiempo, espinas 

y secretos para dos 

escritos con mi mala caligrafía.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Ni cada uno de estos



Otro día el buzón vacío, 

ni llamadas para echarte de menos, 

ni bandas sonoras, ni sonrisas abandonadas 

al placer de un cigarro, 

ni sangre, ni labios, ni semen, 

ni el punto equidistante que nos separa, 

ni un ojalá, ni una siesta imaginando, 

ni el amor antes de comer, 

ni recorrer museos de las manos, 

ni revolcarnos por Atocha como en aquel cuadro, 

ni cada uno de estos versos 

sería posible 

si me empujases al vacío 

de negarme tus silencios antes 

de irnos a dormir.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Caleidoscopio para el sueño



la misma frase se repite

como un tic-tac en bucles 

de dos por cuatro 

y ningún gato se atreve a cruzar 

la autopista 

sin una caricia por su lomo 

las navajas afiladas nos esperan detrás 

de las esquinas 

y los museos son un insulto 

lleno de marcos que son cárceles 

aquel anuncio en televisión 

le corta la lengua a una cantante 

se nos antojan carnavales de otoño 

y hogueras de San Juan en septiembre 

para que arda nuestra ropa 

por correos urgentes 

llenos de fotografías de licores negros 

y paredes blancas que nos buscan 

cada noche 

para que le gritemos 

en trenes que acaban llenos de algas 

en el mar 

la misma frase se repite 

como un credo 

en cada sepultura a pies del altar 

un gato cruza la autopista 

y le muerde la lengua llena de licor 

a una cantante 

ella grita en el mar 

la misma frase se repite

viernes, 16 de septiembre de 2011

La puerta abierta



Dormiré con la cabeza sobre tu tripa 

para curarnos las heridas, 

y te regalaré calles de Madrid, 

cafés y cajitas de lata, 

y esperando que vuelvas, 

pequeña gata, 

te dejaré la puerta abierta.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Una luz


Sé que llegará el día en que ya nunca
volveré a contemplar
tu mirada curiosa y asombrada.
(Ángel González)




En los pasos de cebra 

me robas tus maletas 

y con ellas también te llevas los veranos, 

me llenas los bolsillo de hojas secas, 

la boca de otoños 

que esperan sus tormentas. 

Semáforos ámbar, 

carteles verdes de grandes almacenes 

y una mano alzada 

nos quitan de los brazos 

noches bañadas de cerveza 

y el hacernos daño con los labios. 

Dormiremos solos con septiembre 

embalsamados con cortinas rojas, 

la ventana de mi cocina 

no será una luz a ti debida, 

te pensaré bajo la ducha 

de un calentador que no funciona.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Billete de ida



Compraré el primer billete de ida, 

tomaré el primer tren que desemboque 

en el mar de cada ático 

entre redobles de tambor. 

Escribiré en las estaciones de salida, 

con los dedos en la arena húmeda 

todo el salitre que nos queda por amar, 

y cuando regrese, pintaré 

mis paredes con un olor que no se olvide. 

Te esperaré en el andén 

bajo septiembre, 

con los ojos encendidos 

y la lluvia por sombrero. 

Te buscaré en mis bolsillos 

releyendo que ya llegas 

hasta que se me caigan los ojos 

rodando por tus sábanas.