Pensaré otros versos esta noche,
unos versos que no hablen de distancia
o de piedad, que no huelan a otra sangre
que no sea la sangre en nuestros labios,
que lleguen a tus oídos como música
una noche respirada por el hambre
que se escribe en las paredes de los cuellos.
Mis versos no serán cuchillos
pero cortarán el aire que separa nuestras bocas
como flechas esculpidas en manzanas,
tumbadas al sol en las cabezas de los árboles,
en las cabezas de los arcos del triunfo de las piernas.
Mis versos correrán por museos de obras vivas
que son nuestros cuerpos,
serán ríos de poema y orgasmo desembocando
en mares de tinta que te gritan a los ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario