domingo, 30 de enero de 2011

Otro yo



Sólo eres una chica de provincias 

con la que podría ir de la mano, 

paseando las aceras. 

Serías mi juventud endemoniada 

de ojos claros e inocentes, 

si supiese algo menos de latín. 

O quizás, el sueño de una noche de verano 

atropellado por todas las estaciones, 

si no cogiese ningún autobús de las siete. 

Serías un reloj de bolsillo, sencillo 

y hermoso, que no marca los horarios 

y no rompe con mi destino. 

Una apuesta para no correr riesgos, 

la herencia de un héroe caído 

sin himnos para el recuerdo. 

Ojalá supiese amarte y olvidar 

la poesía como olvido las raíces. 

Ojalá fuese otro yo, 

el que ahora, a las tantas de la noche, 

no está escribiendo esto.

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