Blanco utópico resbala
por tu espina dorsal o calavera.
Es un corcel derramado
joven por el barranco y la ceguera,
destripado y pútrido como gusta,
como nos gusta la carne a los buitres.
Pero también los buitres tienen alma,
o eso decimos tener. Somos cópula
y gemido, somos como siameses
con el sexo humedecido.
Profanamos cuerpos bellos,
besamos con los dientes -sí, amamos-
los cuerpos o los labios o los cuellos.
Ellos, -perdón- vosotros, os vestís
para ocultar tanto las intenciones
como los instintos. Sí, os mentís,
lo que es peor, os creéis.
Somos buitres, sinceros y desnudos.
Soy un ego sin nudos en la garganta
comprendo la Nausea y la Poesía,
amo Carne y Saliva... el Esperma.