jueves, 10 de junio de 2010

Morder, pero sin herir.

El esperpento acecha a las cerillas,
Para usar sólo en caso de algún juego
Peligroso que pueda encender fuego,
Después de que se apaguen las bombillas.

Entra en las dulces llamas a hurtadillas,
Prende una, mira arder, entre los ruegos
De tus paños mojados, tu fuerte ego.
Tu realidad endulza mis mejillas.

Clava los alfileres de sus ojos
En los viejos ojales en desuso
De tu blusa. Los gruesos hilos rojos

De sus labios se quieren dividir
Y valiente, salir deja a su lengua,
Dispuesta a morder, pero sin herir.

miércoles, 9 de junio de 2010

El jardín de edén, de las delicias, del cementerio


Los jardines de niñas con vestidos
Blancos y zapatitos de princesa,
Con la edad pasan tras la tela espesa
Del hábito y el cilicio inadvertidos,

O tornan avenidas y abatidos,
Observan como gatos en la mesa
A la dulzura en busca de una presa,
Para su sinfonía de maullidos.

Los íntimos secretos del jardín
De las delicias bajan y pisan
Unas cuerdas astutas del violín,

Que rompe en el silencio una copita
Del sonido abatido del serrín,
De las teclas del piano de la iglesia.