sábado, 26 de diciembre de 2009

La reina del celuloide.










El pincel arde en arena de playa,

De pinturas que divagan abstractas

Clavadas en óleos acusadores.

El orgasmo maldice por no ser el

Prófugo que se esconde en los armarios

Y posa para la adúltera en paños menores.



Sus ojos, cansados de buscar

Calor en otros ojos y otros cuerpos,

Acomodan la vista en los espejos

Que señalan su carne descarnada

Frente a unas tiernas formas curvilíneas



De la humedad latente de unos muslos,

Que sin saber qué hacer ante el pecado,

Rompen unos bocetos desdeñados

Contra el piano de la pasión ausente.



Las partituras pelean caladas

Bajo oscuros paraguas despuntados

Al alba que no arropan los secretos

Clandestinos del triángulo de amor

Oculto entre las faldas de la artista

impresionista con marido compositor.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Instrucciones para amar la vida

La vocación a la felicidad

domestica el ser que ansía la vida,

lo esclaviza como racional fiera

al rito estándar de lo establecido.

La tradición es el germen viral,

el indicio de pandemia es el culto.



Síndrome de ilusión como esperanza,

pertenencia como supervivencia,

la exclusión de la manada es homicidio.


Guíate por los reclamos neones

de la sucia avenida de tu patria,

sigue la santa bazofia sagrada

impuesta por tus magnánimos Dioses.

Disfruta tus preciadas posesiones,

porque mañana no quedará nada.



Suprime lo que conoces, sumérgete

en la trastienda del tiempo y la nada.

Haz que tu copa rebose de vino,

inunda tu estómago de pastillas,

juega al equilibrismo en la azotea.

El suicidio es sólo amor por la vida.

sábado, 31 de octubre de 2009

Instrucciones para alcanzar la perfección (Trópico de Capricornio)


Tiempo hace que no corro por las calles
harto de las voces de la ciudad
que pregonan: haz esto, haz lo otro…
Me refugio en libros que odian todo,
me divierten los síntomas humanos:
locura, deseo sexual y amor.

Creí en el hombre tanto como en Dios,
la memoria me enseñó a prender fuego
a recuerdos de glorias y fracasos
que se embotellan en opacas copas
de cristalina bohemia barata.
Encuentro en figuras desconocidas
mi propia esencia, niego en los espejos
mi existencia, me planteo si soy yo.

La primaria naturaleza humana
nos instruyó como seres creadores,
observo en el orden establecido
la vergonzosa mugre racional,
entiendo que la destrucción del todo

es el primer paso a la perfección.

martes, 20 de octubre de 2009

Endecasílabos a las huellas de tus zapatos de salón


Aquellos procesos psicosomáticos
dejaban mi cuerpo joven, enjuto.
La templanza de mis nervios, diluida
en cal, efervescía sin esperas,
los cristales de tus gafas al sol
hacían hervir con saña el brebaje.

Mi aplomo derretía en sus cimientos
los pilares del lapso de tus piernas,
como cera, goteaba mi aliento
maltrecho, al encuentro contra el fuego.
El parqué estudiaba mis entresijos,
me hacía tallar en su superficie
las huellas tus zapatos de salón.
Cálido, fue el despertar de mis huesos,
de mis ojos ciegos, en las cenizas.

Tus pasos dibujados en las brasas
quedaron como estigma del pasado.
Mi estómago, cansado de patadas,
se intenta cobijar entre tus sábanas,
mis dolores de cabeza rezaron
por la desazón extinta en la hoguera.

jueves, 15 de octubre de 2009

Instrucciones para la permanencia y el olvido.


Las estaciones borrarán nuestra huella,
los besos, lo tienes presente ¿no..?
No habrá espera, ni paradas de metro,
no quedarán ni nervios, ni autobuses.
ni corbatas que quitar, ni sombreros.
Todo, amor, se lo llevará todo.

Ápices de recuerdos en el tiempo,
días, días grises, días salados,
eternos, oscuros, días de hambre.
No esperaré sorpresas, sólo llanto,
no miraré pupilas gris-azules,
no rezaré ni a otro Dios, ni a otro hombre,
ni caeré al suelo por otra mujer.
No amaré, no juraré amor eterno,
y tampoco gritaré más “te quieros.”


La lluvia ahogará nuestros lamentos,
mis fuerzas, mis silencios de perdón.
Nos olvidaremos, extrañaremos
lo que fuimos, seremos sólo nada.
Resistirás como musa y recuerdo,
perderé, exhausto, nuestro final.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Endecasílabos a unos nudillos sin rasguñar.

Las razones de un paso equivocado 

no se adivinan con negros lamentos.

Ser calculador, acechando como

gato tras las cortinas a su presa

es quimérica virtud indomable,

para el hombre, un hecho inasequible.



El parqué, cubierto está de alfileres.

Ordinaria es la sangre que derraman

tus rodillas, las palmas de tus manos.

El reloj de cuco marca las tres

en la pared. Sin ningún pundonor,

tu rastro te persigue sin piedad,

rojo coagulado, es el reclamo

de rapaces en busca de manjares

que tu boca no supo alimentar.



El cristal oblicuo de las persianas

cambia la perspectiva del error.

Te ves al no reconocer tus huellas

en un cúmulo mental de escaleras

que no hacen que rodees los espejos,

no hacen que te rasguñes los nudillos.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Octosílabos al amor de cualquier dios

Nos quitaron las ciudades.
El ego vistió la envidia
con la camisa cegada
por un brillo de diamante.
Certeza de pertenencia
que atravesó la inmundicia.
Condenaron el presente.
Abraham mató a su hijo,
su estigma se lee inerte
vetando la entrada al cielo.
El animal tornó fiera,
frío, desquiciado e insano
renegó de su creación.
Dios, padre del paraíso
expulsó a sus herederos.
La figura de cristal
estalló. ¿Notas el vidrio?
Se introduce en tu retina,
pinta lágrimas granate
que caen en un terreno
al que antes llamaste hogar.

lunes, 10 de agosto de 2009

El Ojo de la Aguja

Aquel antro se dibujaba con el humo de las colillas derramadas por los sombríos ceniceros, mis oídos descifraban en silencio la descripción que los instrumentos, desde el rincón más oscuro, dejaban entrever. Músicos, tan viejos como aquel sonido, perfilaban figuras marchitas en la pared, gracias a las casi extintas bombillas que sin saber porqué, habían olvidado cómo iluminar ese lugar. La fina capa de madera que hacía de suelo se sentía cohibida ante la infinitas huellas que como puñaladas, a lo largo del tiempo, habían dejado cicatriz en forma de hendiduras astilladas por toda su superficie. A través del olfato se adivinaba el olor del tabaco fumado en pipa que los ojos, a causa de la espesura, no podían percibir, también, aunque maquillado por este aroma, se distinguía el agridulce café, la espuma de la cerveza más negra, importada de la exquisita Irlanda y predominando sobre las anteriores, grandes cantidades del mejor whisky.
Los dedos acariciaban las muescas de esas pequeñas y casi podridas mesas, que como arrugas en el rostro de una mujer que antes había sido hermosa en la que aún se podía vislumbrar belleza. En las sillas, que dibujaban diversas formas en el respaldo, habían estado sentados los personajes más inverosímiles que la mente pudiese imaginar: pintores que dejaban su vida en autorretratos, famosos escritores con más de mil libros no publicados más allá de sus ojos, dramaturgos cuya vida se aproximaba más a la comedia y poetas que sólo escupían retórica sin que les importase ni lo más mínimo estar con su soledad o rodeados por otros interlocutores.
Al observar puerta de salida, los ojos se topaban con una apuesta pero longeva puerta que al pasar por debajo de su marco, te obligaba a quedarte. Incluso en algunos casos, para siempre.
Las pocas personas que se atrevían a salir de aquel lugar, al girar la cabeza y poner la vista atrás podían ver en la mugrienta pero elegante fachada en la que incrustado, con letras borrosas a causa de la lluvia de los años, un cartel rezaba:
“El Ojo de la Aguja.”

miércoles, 1 de julio de 2009

Endecasílabos el fuego del olvido, el incapaz minutero y la ceniza de mi aliento.

Parado en el espacio, rasga el tiempo
mi tez, alrededor se erige inmenso.
Atraviesa mi cuerpo, mi contorno,
se cuela por mis labios, desde dentro
me absorbe. Se derrite el barro acuoso
de mis pies, soy ceniza que se esfuma.
Transitan mil cadáveres sujetos
al suelo, por mi mente aquellas huellas
se alejan con mi misma identidad,
dejan su rastro herido en el sendero
por el que mis ideas con el odio
copulan, me vomitan las razones
de la ira que cercena mi profana
piel de los fríos restos de mi aliento.
No queda nada fuera, nada dentro.
Viajo por perturbadas realidades
sin encontrar la calma. Detenido
en el giro incapaz del minutero,
escruto la baldía y hedonista
inercia que fusila la memoria.
Soy transparente, ardo en el olvido.

lunes, 29 de junio de 2009

Réquiem por mil meretrices, trescientos pecados, pocos poetas, ningún Dios y una musa.

Réquiem por Mesalina, por la lívido
en la cresta de la ola, por su amarga
caída en espiral de caracola,
por la dulce cicuta de las noches
que viste falso luto por el día,
por las bocas en celo de los trenes.


Réquiem por Agripina, por el ímpetu
de un tango en tu cintura, por tu ácido
desplome en su tristura, por mis besos
enemigos que baten falaz duelo,
por mi santa locura arrodillada
en tu confesionario, por mis ruegos
de poeta devoto a su musa, por
el sacro relicario de tus piernas,
por los siete pecados capitales.

Réquiem por "Marilín", por el verdugo
del pudor, por el fuego del custodio
placer, por la doctrina del exceso,
por la docta Lujuria, por Dios Morbo,
por la virginidad del más ateo,
por un Cristo entregado a Magdalena.

miércoles, 17 de junio de 2009

Para una canción y una musa.

Suspiras, le susurro a tu vestido,
a sus sombras ocultas tras tus piernas
que bailan temerosas. Titubeas
en mi mirada, buscas calma a tientas
tras de mí, la azul noche nos descubre
despiertos con las luces apagadas.
El crepúsculo tiñe las cortinas,
herméticos nos hunde la mañana,
la noche aún resuena hasta la hora
señalada. Te mueves decidida,
me robas los sentidos y me ahogas.
Respiras, tus pies pisan las sábanas,
me estremeces, me miras peligrosa,
y violas mi mirada, hipnotizas,
me encantas con las luces apagadas.
El cielo no nos da ventaja, corres
y bajas las persianas. Nos deslumbra,
lo escondemos debajo de la cama,
renegamos del día. Desvelados,
arrancándonos los labios, nos hacemos
el amor con las luces apagadas.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Los secretos del doble fondo en mi chistera

Destripar, quitar velos, destapar
los secretos ocultos por la seda.
Analizar una a una las palabras,
puntos, comas...tejidos que respiran
manchando el blanco débil del papel,
con ríos de tinta china al corazón.


Mostrar la cara oculta de la luna,
dibujar en su éter, moldeando
con miles de ojos clavos en la luz
a través de los símbolos oscuros.
Incógnitas detrás de una verdad
que yace entre cenizas con el eco
de una voz, que temible, nace ausente.
El códice cifrado al existir,
muere en este silencio enmascarado.


Vieja feria con música de circo
al fondo. Mil redobles para el mago,
sangre al galope, pulso acelerado.
Pandora abre su caja, se desata
el imponente caos, llega el fin
mostrando el doble fondo en su chistera.

viernes, 24 de abril de 2009

Rey...al fin y al cabo

Es extraño pasear durante la noche por calles solitarias, escuchando la respiración de la ciudad, aunque con tu música en la cabeza. Perder el sentido hasta el amanecer, dejar que se escape de tus manos la noción del tiempo. Elegir doblar en la siguiente esquina sin tener en cuenta ningún criterio. Ser...Ser libre en tu atmósfera y arder desde dentro, aferrado al ideal de no ser nada.

Caminas solo, pareces ser el rey de la calle. Al fin y al cabo, siempre circustancial.

viernes, 17 de abril de 2009

Sueños y pesadillas




Sinfonías agudas la taladran harta de morir cada noche, cada vez que se dispone a dormir sin tratar de pensar en nada. Miles de sueños macabros se hacen hueco a través de las mantas, miles de miedos se hospedan a su lado en la cama.
Dormir parece el peor de los infiernos. La noche antes amable ahora, saca las uñas...


El día, es una trinchera donde no dejan de caer bombas, miles de muertos a cada minuto la rodean, cadáveres que se pudren mientras Ella, que sin saber de su inmortalidad, se intenta inmolar sin resultado.
Se arrastra entre barro y sangre, con deseo de escapar...


Ójala hoy se refugie en mi cama.

domingo, 1 de marzo de 2009

Domingo, domingo



Domingo donde los rayos del sol descansan a la sombra,
marzo duerme a tu lado,
yo veo dormir al universo, 
los versos tranquilizan mis fieras internas, 
luces eternas corren a traves del infinito,
los soldaditos de plomo guerrean en silencio para no despertarte,
la noche sabe atarte al sueño, 
es el empeño del cielo para no deslumbrar, 
el bailar de las estrellas al compás, 
los paraguas, mis pestañas cuando cierran,
lágrimas que desentierran mis ojos en las tardes de domingo.

viernes, 27 de febrero de 2009

La primavera se refugia en la ciudad, con los edificios dormitando al sol...

Tu pelo parece ser más claro, mis pecas adquieren fuerza, en las siestas empiezan a sobrar sábanas y faltas tú...

miércoles, 18 de febrero de 2009

Mal de ojo, perdón por Ego

La sangre gotea de mi nariz, me ahogo en mi mismo, todo sigue a flote y yo me hundo, incluso parece que tú ya te has ido, que yo estoy solo. Los días aquí parecen una espesa ciénaga donde tus logros se reprimen y tu escudo ya no soporta más lanzas, las noches parecían ser especiales quizá la luz azul de la Luna...Pero hoy parece que hasta los gatos que un día cuidaron de mí, han desaparecido. ¿Dónde escapar si yo soy mi mal de ojo?
Ego al enmudecer, el tiempo se ha callado pero tú nunca lo has perdido.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Aullidos en un día que renace


lunes, 9 de febrero de 2009

Sombrero negro de las noches (Endecasílabos para los ojos de Ninette)

Hilvanes son de plata disecada,
es tierra desértica de espejismos
con cerezos ardiendo en las estepas,
palabras desnutridas que huérfanas
de Musa sólo lloran en la orilla
con la mar (pre) sumida en blanca calma.

Los hilos destejidos no desvisten
con las esferas turbias de agua fría
la ventanas que da la madrugada
en el bosque afilado de navajas
que tallan en madera triste, lágrimas
de sólido estacazo que derrumba
los aromas malditos, la ceguera
de pestañas diamante si descuidan
el vuelo de su falda en la Gran Vía.

La costura de alambre cierra heridas,
es sendero encharcado en flor y pétalo
de esencia dilatada en armonía,
mareas son rebeldes esculpidas
en azules lunares, luz preciosa
con el sombrero negro de las noches.

viernes, 6 de febrero de 2009

Gota a Gota (vino)



Es poder, arte y belleza...Fuerzas de la naturaleza como el mismo amor.
Quizá, en algunos casos, rendirse sea de valientes...
[Rendición en noches de vino y rosas.]

jueves, 5 de febrero de 2009

Nada como...

Nada como esperar en la estación y verte llegar.
Nada como ir cogidos de la mano el largo camino hacia mi casa que contigo es hogar.
Nada como las noches de risas y amor.
Nada como el olor a café, el sabor a palomitas.
Nada como sentir que en cierto modo me proteges, incluso de mí mismo.
Nada como llegar tarde al cine y pasar la tarde entre humo.
Nada como las mañanas en las que lees y yo duermo.
Nada como ducharme contigo.
Nada como quedarme embobado mientras de secas el pelo.
Nada como los besos eternos antes de la siesta.
Nada como tú.
Nada como tú, conmigo.
Nada sin ti.

lunes, 2 de febrero de 2009

Mentiras para uno mismo

Trato de no suplir las derrotas con ese sentimiento de autocompasión tan poco auténtico.
Mentiras para uno mismo: "yo no tengo la culpa"
Quizá sí, quizá sí era mía...eran mías tantas cosas, sólo mías...ese egoísmo tan nocivo causado por el vacío, me obligaba a estar recluido en una tela de araña de salida infranqueable, ese círculo vicioso que me cerraba. 
Físicamente imposible escapar sin heridas...afortunadamente, tenía quién me las curase.


La casualidad me ayudó poco indiscreta. Antes el sentimiento solitario y único de soledad que se pegaba a mi carne era el que me dirigía cada día a un nuevo calvario...
Andar solo duele, no conocer la virtud y el peligro del amor, no sentir...
Todo era negro y aunque ahora lo sigue siendo, una mirada puede tornarlo blanco.




jueves, 29 de enero de 2009

En ambos sentidos

Mis ojos:
se evaden e invaden dadaistas
puntos clave, con bemoles que sollozan
y maullidos cubiertos de pétalos de rosa disecados.
Mis pestañas: dubitativas y paranoicas, obituario de subjuntivo
que absolutivo, acata la ley seca que ataca tu deseo.
Mi iris: refleja profunda ficción, apagado tizón
que te enciende, violas el toque de queda.
Condenado indecente, displicente,
inocente.


domingo, 25 de enero de 2009

Hanami

Se escucha el sonido de los fuegos,

la luz de los pequeños farolillos
que aún parecen más pequeños,
 los colores, en lo alto, a lo lejos,
en la noche de un abril iluminando,
en compañía de la luna, de tus ojos…

Luz lejana filtra intrusa, intimidando,
sombreando entre pétalos de cerezo
la intimidad, la soledad a tu lado,
la densa atmósfera que nos envuelve,
oscuros armoniosos y claros apartados
de la perfección inmersa en tus pupilas…

Primavera exaltada, silenciosa en tus labios,
en los míos, desafiantes, acobardados,
insignificantes e inmensos, somos solos
cuando la madrugada moja tu rocío,
cuando el alba acecha endemoniado
con sueños de un invierno demasiado frío…